Seguramente alguna vez os hayáis planteado como hubiese sido vuestra vida sin teléfonos móviles, acceso a internet, televisión, si el fútbol no existiese o si los jugadores del Binacional, el Sporting de Cristal o el Deportivo Municipal tuviesen que jugarse los puntos pateando una vejiga de vaca cosida y nos el actual balón de fútbol que todos conocemos.
Y es que así fue como se empezó a patear en el fútbol, hace ya más de tres siglos que en Inglaterra establecieron las bases del juego y empezaron a hacer grande este deporte. Millones de jugadores y aficionados aman el fútbol por encima de infinidad de cosas de si vida cotidiana, la pasión por este deporte traspasa fronteras y el balón y su evolución tienen gran culpa de ello.
Un poco de historia
Como ya comentábamos antes, el balón de fútbol no siempre ha sido una esfera perfecta y acolchada, en la que el buen hacer de los jugadores en el golpeo y la calidad y la capacidad para controlarlo fuesen la clave de las victorias de su equipo.
En el fútbol el balón no siempre ha sido el mejor amigo del hombre, ya que se encharcaba y deformaba cuando llovía o pasaban algunos minutos del pitido inicial. A esto había que unirle la irregularidad de los campos en los que se jugaba que poco tienen que ver con las alfombras que se ven hoy en día en los grandes estadios.
El azar era por lo tanto todavía más recurrente si cabe en este mercado de apuestas. Un balón que aparentemente se iría fuera podría fácilmente pegar un mal bote y acabar colándose en la portería.
Lo mismo ocurría a la hora de golpear y dirigir el esférico, por mucha fuerza o calidad que tuviesen los jugadores a la hora de patear, ninguno era capaz de controlar la forma irregular y el peso desorbitado del esférico, en el caso de que lloviese y este se encharcase.
El balón moderno tuvo su punto de partida en el mundial del 70 disputado en México, donde se tenía muy en cuenta a los televidentes y se abogó por un balón blanco y negro que facilitase su visión en la gran pantalla.
Las apuestas y el balón de fútbol
El mundial del 70 tendría entonces como punto de inflexión al balón en el sentido de que los medios buscaban trasladar el deporte rey a todas las casas y que esto provocase el interés de todos los miembros de la familia.
En Francia 98 las grandes firmas decidieron añadir el color y el diseño a los nuevos esféricos, además de añadir la tecnología necesaria para que su creación mejorase cada día y la capacidad de los jugadores de disputar un fútbol atractivo para espectadores en directo y televidentes también.
El mundo de las casas de apuestas no tardaría en echar buena cuenta de los millones de interesados que llevaba consigo este deporte, y pronto pusieron entre su oferta deportiva las apuestas relacionadas con este tipo de eventos.
Hoy en día, con la tecnología totalmente implantada en el fútbol y las casas de apuestas con grandes recursos para el estudio del juego, es todavía más común poder pensar que el balón y los avances que pueda seguir adquiriendo (como si un jugador lo ha tocado en posible penalti, y la ya asentada tecnología para ver si ha traspasado la línea) pueden determinar la suerte de muchos y ponerle fecha de caducidad a la picardía de los jugadores y a los fallos arbitrales.